Amenazas para el sisón
La evolución tan negativa de las poblaciones del sisón y del conjunto de las especies asociadas a los campos de cultivo se debe, en general, a la destrucción o transformación de los lugares donde vive, los campos de cereal y los pastizales, causado por prácticas agrícolas intensivas, o incluso el abandono de los mismos.
Aspectos concretos de la intensificación agraria incluyen la desaparición de linderos y barbechos, que son vitales para el sisón; la sustitución de los campos de cereal de secano por olivos, almendros, viñedos o regadíos; y el aumento en el uso de pesticidas, que reducen drásticamente las poblaciones de invertebrados y la diversidad de plantas que los sisones y otras muchas especies necesitan para alimentarse y sacar adelante a sus crías.
A ello se suman puntualmente causas de mortalidad no natural debidas a la maquinaria agrícola, particularmente sobre huevos y pollos, las colisiones contra vallas y tendidos eléctricos, la caza ilegal y los atropellos. Y en muchas zonas, pérdida directa de hábitat debida a repoblaciones forestales, carreteras y urbanizaciones.
Desde hace tiempo se aplican en España medidas para reducir lo efectos negativos de la agricultura moderna sobre la biodiversidad, pero está claro que para muchas especies de aves están resultando insuficientes. La conservación del sisón, en particular, requiere acciones decididas.