Ojos que brillan. Si contemplas dos puntos brillantes en la oscuridad no te asustes. Quizá sean los ojos de un ciervo, la gineta o el gato montés que te están observando detrás de la espesura. Este brillo es común en muchos mamíferos nocturnos, cuyos ojos tienen una capa interna llamada “tapetum” que refleja la luz y les permite ver mejor en la oscuridad.
(Fotografía Jovan Cormac)
Luciérnagas. En las noches cálidas es posible ver puntitos luminosos en el suelo. Son las luciérnagas hembras que intentan atraer a los machos que vuelan en busca de pareja. De esta manera se produce el encuentro entre ambos sexos y el apareamiento. La luz la generan en un órgano situado en la parte inferior del abdomen y se produce por un proceso químico que recibe el nombre de bioluminiscencia. Así que, ante las luciérnagas, conviene ser silenciosos, porque si se sienten amenazadas “apagan el interruptor”.
Además…
¿Sabías qué… las luciérnagas se utilizan para luchar contra las plagas de caracoles y babosas en los huertos? A sus larvas les encantan estos animalitos.
Puedes ver un vídeo muy interesante sobre luciérnagas en este enlace: